A pesar de que estas niñas no provenían de la misma familia, ni siquiera de la misma localidad, estaban conectadas. Después de analizar más a fondo su historia, se hizo evidente que otros niños de sus localidades habían presentado recientemente la misma dolencia. En la evaluación, se observó marcha espástica. Una evaluación neurológica más profunda reveló únicamente reflejos rápidos en las extremidades inferiores. La prueba rápida para detectar malaria arrojó un resultado positivo para ambas. El diagnóstico del equipo local de MSF fue deficiencia vitamínica de tipo desconocido. Posteriormente, se envió el caso a la plataforma de telemedicina.

El pediatra de telemedicina en los Países Bajos y el neurólogo pediátrico de telemedicina en los Estados Unidos reconocieron la singular presentación clínica y respondieron rápidamente al equipo: “¡Esto es konzo!”, es decir, piernas atadas en el idioma de los Yaka del sudoeste de la República Democrática del Congo, donde aparecieron los primeros casos en 1938; esta condición describe adecuadamente la marcha espástica.

No se ha esclarecido completamente la causa exacta, pero existe una relación estrecha con una elevada ingesta de cianuro en una dieta monótona con yuca amarga mal preparada. No se conoce tratamiento para esta condición; el daño neurológico es permanente, aunque se puede esperar cierta mejoría espontánea en el transcurso de las semanas.

Inmediatamente después de confirmar el diagnóstico, el equipo se dirigió a las localidades e identificó más casos. Se determinó que el mercado local era la fuente más probable de yuca mal preparada.

Después de impartir información pertinente y educación sobre cómo preparar la yuca a través de los canales locales usuales, no se observaron más casos. A pesar de que no se pudo ayudar a las niñas, la telemedicina desempeñó un rol fundamental para evitar que más personas contrajeran esta dolencia incapacitante permanente.

Por: Dr Jaap Karsten